En la edición 2025, este honor recae sobre Tomàs Marquès Bonet, un biólogo barcelonés que se ha convertido en referente internacional en el estudio de la genómica comparativa de primates. Su trabajo no solo profundiza en las claves de nuestra evolución como especie, sino que también arroja luz sobre el origen de diversas patologías humanas, combinando rigurosidad científica con un compromiso firme hacia la conservación y la sostenibilidad. Este blogpost explora su vida, su carrera y la importancia de su investigación en un momento en que la ciencia es más necesaria que nunca.

Un reconocimiento a la vanguardia evolutiva

En un mundo que a menudo cuestiona el papel de la ciencia, la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España ha emitido un mensaje rotundo al conceder la Medalla Ramón y Cajal 2025 a Tomàs Marquès Bonet, uno de los nombres más destacados de la investigación biomédica y evolutiva a nivel internacional. Este galardón, que reconoce cada dos años la trayectoria de un investigador menor de 50 años, se convierte en símbolo de esperanza, rigor y orgullo para la comunidad científica española..

Más allá del laboratorio: entender qué nos hace humanos

Nacido en Barcelona en 1975, Marquès Bonet lidera desde el Instituto de Biología Evolutiva (IBE, CSIC-UPF) el Grupo de Genómica Comparativa, centro neurálgico en el estudio de los primates y la evolución. ¿Qué nos separa genéticamente de chimpancés, gorilas o bonobos? La respuesta a esta pregunta ha guiado buena parte de la carrera de Marquès-Bonet, cuyo trabajo ha iluminado profundas diferencias y similitudes entre nuestra especie y nuestros parientes evolutivos más cercanos.

Grandes hitos de su labor

  • Descripción de diferencias genéticas clave entre humanos y simios, sentando las bases para comprender no solo nuestra evolución, sino también el origen de patologías exclusivas de nuestra especie.
  • Creación de algoritmos y herramientas clínicas que, a partir de datos genómicos de primates, ayudan a identificar causas genéticas ocultas de enfermedades humanas.
  • Investigación pionera en el impacto de la actividad humana sobre poblaciones de lemures en Madagascar, integrando la genómica con la conservación y la ecología ante el avance de la crisis ambiental.

Ciencia en red y compromiso colectivo

Lejos de la imagen del científico aislado, Marquès Bonet reivindica la labor coral de la investigación: “Este reconocimiento no es solo mío, sino también de todas las personas con las que he tenido la suerte de trabajar. La ciencia es siempre un esfuerzo colectivo”, declaró tras conocer la noticia del premio.

Su liderazgo ha impulsado proyectos internacionales, como el catálogo genético de primates más completo publicado hasta la fecha, secuenciando el genoma de cientos de especies y abriendo nuevas ventanas a la biomedicina y la conservación.

Instituciones vinculadas

Medalla Ramón y Cajal: un legado de futuro

Este premio, que en ediciones anteriores ha distinguido a figuras como Pablo Jarillo y David Pérez García, no solo es un reconocimiento individual, sino que impulsa la relevancia internacional de la investigación española en un área absolutamente estratégica: la comprensión de la vida y la salud humana desde una perspectiva evolutiva[2][3].

Reflexión final: una ciencia para un mundo en duda

En tiempos convulsos, donde el valor del conocimiento parece estar en entredicho en muchos lugares del mundo, Marquès Bonet envía un mensaje sereno y contundente: la ciencia, más allá de los resultados y los premios, es una apuesta por el rigor, la cooperación y, sobre todo, la esperanza de entendernos mejor como especie y sociedad.

La Medalla Ramón y Cajal 2025 en manos de Tomàs Marquès Bonet es, en definitiva, una invitación a mirar hacia nuestros orígenes para construir el futuro.

Con información blog RAC.