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Pilar Bayer
Pilar Bayer, doctora en Ciencias Matemáticas, es catedrática de Álgebra en la Universidad de Barcelona desde 1982. Ha trabajado en prestigiosas universidades, incluidas la Autónoma de Barcelona y la Universidad de Regensburg, y ha sido invitada como conferenciante en varios países europeos. Especialista en Teoría de Números, ha investigado sobre cuerpos de números, curvas elípticas y modulares, entre otros temas. Ha dirigido 15 tesis doctorales, liderado 10 proyectos de investigación y publicado en destacadas revistas internacionales. Académica en varias instituciones, recibió la medalla Narcís Monturiol en 1998 y el reconocimiento «Profesora Emmy Noether» en 2004.
¿Cómo consideras que ha evolucionado la representación de las mujeres en la RAC desde su fundación a la actualidad?
La evolución ha sido notable y refleja los cambios sociales de las últimas décadas. Las Academias científicas en general, y la RAC en particular, han pasado de ser instituciones compuestas exclusivamente por hombres a avanzar de manera significativa hacia la paridad, integrando cada vez más a mujeres en sus filas.
¿Qué científica y qué científico de todos los tiempos han sido los que más te han inspirado?
Elegir una sola figura en toda la historia de la ciencia es complicado. En mi caso, Carl Friedrich Gauss ha sido un referente clave. Admiro profundamente su obra Disquisitiones Arithmeticae, publicada en 1801 cuando apenas tenía 24 años. Esta obra marcó un hito en el estudio de la aritmética, transformando por completo el enfoque de esta disciplina.
En esta misma área, Emmy Noether ha sido un ejemplo para mí de que las matemáticas no estaban reservadas en exclusiva a los hombres, demostrando con su brillantez que las mujeres también pueden dejar una huella profunda en esta ciencia.
¿Qué opinas del posicionamiento de la marca España en el ámbito científico? ¿Qué país es, para ti, un referente?
España ha progresado considerablemente en las últimas décadas. Desde los años 70, se han implementado diversas reformas para corregir el abandono que históricamente había sufrido la ciencia en nuestro país. Hemos superado el aislamiento científico y, gracias en parte a las nuevas tecnologías, hoy participamos activamente en los avances científicos globales. No obstante, nuestras contribuciones aún pueden y deben mejorarse. Potencias como Estados Unidos, China, Japón o Canadá invierten sumas ingentes para atraer a los mejores científicos, lo que está fuera de nuestro alcance actualmente. Sin embargo, sería deseable que en un futuro próximo nuestro nivel fuera comparable al de países como Alemania o Francia, naciones con una sólida y envidiable tradición científica.
¿Nos puedes contar un poco sobre tus investigaciones actuales?
Mi especialidad matemática es la teoría de números, a la que he dedicado toda mi carrera investigadora. Aunque es un campo minoritario, en él se han producido resultados sumamente brillantes. Tras completar mi tesis doctoral en Barcelona, trabajé durante más de tres años en la Universidad de Ratisbona, en Alemania, donde fui contratada como asistente. Allí me familiaricé con el funcionamiento y la metodología de los seminarios, lo cual fue fundamental en mi formación y desarrollo profesional posteriores. De vuelta a España en los años 80, contribuí a la formación y crecimiento del Seminario de Teoría de Números de Barcelona, que reúne personal de tres universidades: la Universidad de Barcelona, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad Politécnica de Cataluña, además de investigadores internacionales. Este seminario sigue activo hoy en día, con un notable trabajo de estudio e investigación entre sus miembros. He dirigido 15 tesis doctorales en esta área y, a mis 78 años, sigo en activo y mantengo el contacto cercano con mis colegas. Si tuviera que destacar un tema concreto en el que me centro actualmente, sería en torno a las variedades de Shimura, tema objeto de mis últimas publicaciones. Además, he de decir que desde mi condición de profesora jubilada también dedico un tiempo considerable a labores de divulgación. Por ejemplo, la semana pasada impartí la conferencia inaugural del curso en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, institución de la que soy también miembro numerario.
¿Cómo ha influido en tu carrera recibir premios como la Medalla Narcís Monturiol?
La Medalla Narcís Monturiol es un reconocimiento que, si bien valoro, no ha tenido un impacto significativo en mi trayectoria profesional, más allá de sumar una línea en el currículum. Mi especialidad, la teoría de números, es un campo altamente especializado y minoritario, en el que se otorgan premios tan prestigiosos como la Medalla Fields o el Premio Abel a figuras de renombre. Sin embargo, este tipo de premios suelen estar dirigidos a los grandes nombres de nuestra disciplina. Aunque no acumulamos tantas citas como en otros campos de la matemática, nuestras contribuciones tienen una vida prolongada, siendo referenciadas y valoradas a lo largo de los años. Personalmente, he procurado siempre centrarme en el valor intrínseco del trabajo bien hecho y en las aportaciones a la ciencia, independientemente de los reconocimientos externos.